EN EL DÍA DEL TRABAJO, CON UN RECUERDO DE «TOBI» ARANCIBIA
Una extraña locura posee a las clases obreras de las naciones donde reina la civilización capitalista. Esta locura acarrea con ella las miserias individuales y sociales que desde hace dos siglos torturan a la triste humanidad. Esta locura es el amor al trabajo, la pasión moribunda por el trabajo llevada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de su progenie
(Paul Lafargue, El derecho a la pereza).
Debemos haraganear en todo, salvo en amar y en beber, salvo en haraganear (Lessing, El derecho a la pereza)
Salud!, estimados compañeros de la antigua jec. Renato Tobi Arancibia se regocijaría con estas citas, aparte de suscribirlas plenamente.
Tuve la fortuna de contarme entre sus amigos y también la de conocer a sus maravillosos padres. Más de una vez me dejé caer por su casa, al lado mismo de La Moneda, y fui agasajado por su madre con buenos manjares a la mesa...
Recuerdo mi último abrazo con él, en casa de Roberto Suazo, donde le pregunté por sus padres, y me contó que siempre se habían acordado de mí, ya fuera, agregué yo, por las trastadas que hacía o decía en su casa, ya fuera por la voracidad con que dábamos cuenta de todo lo que se nos ponía a la mesa... Desde su terraza podíamos contemplar con toda comodidad a los pacos en sus cambios de guardia o cualquier otra inutilidad a la que estaban sometidos. Nunca se nos ocurrió que años más tarde la fiera, el monstruo que llevaban dentro se manifestaría allí con tanta contundencia y crueldad.
Por todos esos días, por todas las risas que pasamos juntos, un salud! grande, enorme, para él, para toda su familia, con mi cariño eterno.
lagos luis «lucho»
(Paul Lafargue, El derecho a la pereza).
Debemos haraganear en todo, salvo en amar y en beber, salvo en haraganear (Lessing, El derecho a la pereza)
Salud!, estimados compañeros de la antigua jec. Renato Tobi Arancibia se regocijaría con estas citas, aparte de suscribirlas plenamente.
Tuve la fortuna de contarme entre sus amigos y también la de conocer a sus maravillosos padres. Más de una vez me dejé caer por su casa, al lado mismo de La Moneda, y fui agasajado por su madre con buenos manjares a la mesa...
Recuerdo mi último abrazo con él, en casa de Roberto Suazo, donde le pregunté por sus padres, y me contó que siempre se habían acordado de mí, ya fuera, agregué yo, por las trastadas que hacía o decía en su casa, ya fuera por la voracidad con que dábamos cuenta de todo lo que se nos ponía a la mesa... Desde su terraza podíamos contemplar con toda comodidad a los pacos en sus cambios de guardia o cualquier otra inutilidad a la que estaban sometidos. Nunca se nos ocurrió que años más tarde la fiera, el monstruo que llevaban dentro se manifestaría allí con tanta contundencia y crueldad.
Por todos esos días, por todas las risas que pasamos juntos, un salud! grande, enorme, para él, para toda su familia, con mi cariño eterno.
lagos luis «lucho»
2 Comments:
¡Muy interesante, Luchito!
Tenemos que reivindicar el derecho al ocio. Ahi, tal vez, este la salida para la sociedad actual, que nos conduce al colapso de la naturaleza y, en consecuencia, de la especie humana.
La adoracion de la competencia, la productividad y el crecer, crecer, crecer, como si la tierra no fuera redonda, sera nuestro fin como especie.
¡Viva el ocio! ¡Viva el disfrute sin culpa! ¡Viva la contemplacion!
Un abrazo,
Sergio
HOLA AMIG@S
NO SABEN LO QUE ME GUSTARIA HARGANEAR, CREO QUE SERIA MAS FELIZ DE LO QUE SOY, PERO LA VIDA SE IMPONE Y HAY QUE SEGUIR EN EL LABURO ¡ME ENCANTARIA SER MANTENIDA POR UN RATITO!, PERO SOLO UN RATITO. LA VIDA ME HA IMPUESTO SER AUTOSUFICIENTE POR ESO ME ENCANTARIA SER SOCIA FUNDADORA.
CARIÑOS CECY
Publicar un comentario
<< Home