Duerme tranquila Gabriela.

A continuación publico una reflexión de Susana Barrera, a propósito de la publicación en El Mercurio de cartas personales de Gabriela Mistral a Doris Dana.
Las cartas las pueden ver en emol del día 30 de agosto.
Pueden agregar sus comentarios.

Duerme tranquila Gabriela, tu capacidad de amar te engrandece cada vez más. No podrán desacreditarte quienes siempre hablaron mal de ti. Siempre hurgaron y siguen hurgando en tu vida quienes cargados de inquina y malediciencia quisieron opacar tu genio de mujer. Nada ni nadie podrá demeritar tu obra ni tu paso firme y sabio por esta tierra en la que dejaste huellas profundas.
Amaste demasiado, y lo humano fue ingrato contigo. Todo en ti fue y será un desborde de sentimientos puros, excelsos, ejemplo para hombres y mujeres, los expresaste de mil formas, y seguirán en el sitial que te mereces, en los libros escolares, en los estantes de la vida, en la colectividad universal de amantes de la poesía, los amantes del amor...
Las clases pudientes siempre te envidiaron, no concibieron que una mujer, maestra rural, perdida en un pueblo norteño tuviera una resonancia tal alta como la que tuviste en tu época, en ecos continentales, y que se mantengan aun de muerta, porque allá donde estés seguro que sigues componiendo para los ángeles, y tu poesía baja en forma de rocío para las flores; allí estás y estarás en todos los tiempos que sigan, pero lo humano pisotea las flores.
Duerme tranquila Gabriela, desde este otro lado del espejo de la vida tenemos tu sonrisa generosa y triste, fuiste capaz de vivir la vida y no te dejaste vivir por ella, aunque la amargura te hizo presa en muchos momentos, por la ingratitud de chilenos que en tus tiempos te aislaron. Son los mismos que ahora se solazan al mostrar estas cartas personales de tus sentimientos más íntimos. A ellos les anima una finalidad mórbida, grotesca, y no me sorprende, “El Mercurio” es el portavoz mercenario histórico que cumple con su trabajo.
Duerme tranquila Gabriela, inmensa Gabriela que no cabes en este mundo…